09 octubre 2009

Resaca de una charla a oscuras

La calma después de la tormenta, el sol frío, después de la lluvia, hay tanto que no se vivir. Puedo llevar mi cuerpo al límite, gritar y saltar hasta que mi alma me golpee el pecho desde adentro para salir. Pero la tengo encerrada, sin escapatoria.
Mi piel, como si fuera lija, va raspando de tus palabras sólo algunas pocas cosas y el resto se hace polvo. Lo destruye, te destruís y yo hay cosas que definitivamente no se vivir.

No se que viene después del 1, del 2, el 5? Veo en sus ojos pasados ese reflejo de una imagen que me cuesta reconocer mía. Por qué pensará que se estar sola? Por qué seré fatal para él?

Con lo que me cuesta no ser nociva para mi misma. Mantener las vidas de esta vida. Y tan segura creerá que estoy de lo que hago? Ni siquiera me creyó cuando le dije que ya no tengo quien me cuide. Si supiera que tantos ojos presente me ven tan distinta. Y mis propios ojos no llegan a ver lo que ven, con tanta luz.

Y elijo alejarme de los labios que no tienen oídos, de las vidas que dan vueltas en espiral hasta el centro de la tierra. De las palabras que no acarician y de los pies que no puedo ver. Ojos que miren al alma.

1 comentario:

  1. Maga, me acerco hasta ti y miro tus ojos mirar los míos...cuanta incertidumbre, verdad? la vida es una ilógica búsqueda de identidades que perecen en el transcurso del camino...
    Me alegró encontrarte, espero leerte y que visites mis interiores.
    Besitos dulces para ti.

    ResponderEliminar

A veces hay caminos y lugares que se cruzan... contame que pensás vos.