Cómo acallar tantas palabras que brotan sin parar, despierta, dormida, hablando, sin parar, más y más letras que llenan el cuadrito que ocupo en esta historieta. Llegando casi al record de mi producción literaria, como tantos años atrás hacía, para dejar salir todo lo que con mi boca ya no sabía decir.
Me siento... Ya no importa que palabra pueda usar. Sólo se que quisiera disfrutar el silencio, pero no lo encuentro. Quisiera parar esta lucha en mi, pero no puedo. De lo único que estoy segura ahora es que no voy a bajar los brazos, aunque me los corten... No voy a callarme, aunque me corten la lengua. Y pueden seguir cortándome en pedacitos, también, pero yo voy a seguir.
Ya no tiene sentido, nada tiene sentido, quizás por eso sigo en la lucha eterna hoy, tratando de encontrarle sentido a todo esto. Tal vez mañana termine. Tal vez una palabra sirva más que las tijeras que usás. Pero me voy quedando sin palabras, te llevaste el diccionario y me voy comunicando con lo poco que me queda.
Esta ansiedad que me agobia, que te dedico, cada segundo te dedico.
Este circo del que me hacés parte, rompe el cristal que me da vida, pero salva las brasas que todavía queman en mi esperanza.
Este circo donde todos miran y ríen sin ver que el show no es un número improvisado.
Este circo de títeres sin boca, pero con mil manos que no pueden dejar quietas.
Este circo donde soy el payaso y vos el domador de leones. Pienso que ese león te va a morder, mi amor, y a veces hasta lo deseo. Pero ya sabés que habló antes de pensar y que soy capaz de dejar mi número para salvarte. Con un poco de suerte, ese león que ya me despedazó, dentro de poco me termine de matar.
Que fácil sería que todo se pudiera terminar así. De una sola vez. De un tirón y listo, arrancado el problema.
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