09 junio 2010

Tratado de amor y libertad

Esta noche le hablo al reloj de arena, a la inevitable fuerza de las olas. Esta noche le hablo al oído de la inconciencia. Esta noche te pido que me permitas anhelar abrir los ojos en la noche y verte en mi almohada. Que me dejes descubrirte y encontrarte. Le pido una tregua a la conciencia.
Escuché que al final me acostumbraría. No me dejes acostumbrar, que no hay nada tan bello que ver el amanecer del amor cada día. Vivir cada uno como el único. Enamorarme cada mañana. Que sean como en sueños los futuros amaneceres.
Firmemos con el rocío un tratado de amor, que dure 24 horas, y que cada firma matinal me permita elegirte nuevamente para compartir el sol, compartir la luna.
Recordar no ahogar los placeres tangibles de hoy por palabras que son aires de mañana. Recordar que debo pensar hasta donde sirve. Recordar debo dejar de pensar, ahí donde me hace mal.
Quiero vivirte cada segundo, no perderme de estas huellas que empiezan a aparecer en el camino. Pisemos firme, pisemos juntos, acompañemos la brisa y nuestros cuerpos, que mañana ya sabremos como hacer.

1 comentario:

  1. Hermosas letras, plenas de ensoñación...lástima que la realidad sea más cruda y aniquiladora de fantasías...aprovechemos que lo bueno dura poco...Abrazos desde el oremus de sensaciones

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A veces hay caminos y lugares que se cruzan... contame que pensás vos.