02 septiembre 2009

Reflexiones de una noche complicada

Cuantas expectativas pone uno en las cosas. Y cómo no hacerlo? Uno siente, espera. Y sin embargo, está tan vacía una expectativa. Es casi como tratar de entender el futuro. Como si hubiera forma de saber que va a pasar.
Cuantas menos expectativas, menores son las decepciones. Pero uno está tan cargado de historias, de sentimientos, que no pensar más allá del día que transcurre se vuelve una tarea difícil.
Sigo pensando el vivir sólo por el hecho de vivir. Sólo que ahora el rojo está más anaranjado y me cuesta ser fría, distante. De pronto soy tan libre que no se como manejarlo. Y tanta libertad me pone sensible, más vulnerable, más real.
De pronto entiendo el miedo a la libertad. De pronto soy libertad que da miedo... siempre el miedo en el medio. Siempre estoy en el medio de algo.
Y ahora que caí a esta realidad me doy cuenta que estoy cansada de esperar siempre, de hacer siempre, de aguantar siempre, de esta armadura. Me cansé.

Quisiera poder estar más en el medio de mi.

3 comentarios:

  1. Querida Maga, hay que aprender a ser cómplices de nuestros sentimientos, para que la libertad pueda ser libre en nosotros. Un gran beso.

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  2. Ignacio, es tan difícil acostumbrarse a ser libre!

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  3. La libertad no es algo a lo que haya que acostumbrarse, de hecho las mejores cosas de la vida dejan de ser las mejores cuando nos acostumbramos a ellas. Aprende a disfrutar de tu libertad como si siempre fueses libre por primera vez, porque la única forma de someterla es el miedo. Un gran beso.

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A veces hay caminos y lugares que se cruzan... contame que pensás vos.