Partes de uno. Miles de extremidades que se cruzan y chocan en la calle. Cuanto sentimos por nuestra piel, cuanto negamos de aquello que sentimos hasta hacerlo inmune a nuestra percepción.
Crees en lo imposible? Yo creo que lo imposible es sólo una excusa.
Eran dos cuando en un terreno neutro se midieron en la balanza y, sorprendidos de usar el idéntico código de las sensaciones en la piel, se tocaron con las manos, con el cuerpo, con los labios.
Se midieron en años luz, se midieron en kilómetros y pronto notaron que no había distancia en el sentir.
Una caricia de imágenes, de sonidos. "Te pido que me acaricies el alma que ya llega el otoño y está fresco por acá".
Crees en lo imposible? Yo si.
Los vi recostarse en el tiempo y detenerlo, y levantarse como un solo ser, sin tiempo ni cuerpo. Sin miedo. Especialmente sin él, porque cuando son uno ya no hay nada que temer.
Esa noche yo vi a la luna nadando en el vino, vi sus pies andar en el río. Crees en lo imposible? Esa noche vi llorar a la luna, ya no por orgullo, la vi entendiendo, la vi llorar por la libertad. Lloró por lo que murió, lloró por lo que nació, lloró de amor y de tranquilidad. Por fin volvió a ser libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
A veces hay caminos y lugares que se cruzan... contame que pensás vos.