02 enero 2010

Mi despedida

Te di el último beso de esta vida, acaricié tu mano hinchada y me fui. Sabiéndote final, atragantando mis lágrimas.

Te vas y es tan difícil verte partir. Tenés que irte y es tan difícil soltarte. De esta forma te envío mi despedida, te dejo ir como todos hicimos el día de hoy. Pero hoy no te veo como el hombre que en esa cama espera, hoy sos todo aquello que fuiste.

Dejaste tu marca en mí y te veo en mi futuro. Te veo en mi presente y todo lo que hiciste para que ese presente fuera. Te veo en los ojos de mi padre, te veo en piel, te llevo en mi nombre. Me enseñaste tanto que no podría recordarlo todo. Fuimos el cuarto plano en ese cuadro de Magritte que no me acuerdo el nombre y ahí entendí que la pintura era mi vida. Me enseñaste la política, la belleza de la música, me enseñaste que uno puede cometer los peores errores en la vida y aún así tenemos que aprender a perdonar a quienes amamos. Que nada vale tanto como compartir la vida y que en el final ya no hay revanchas.

Hasta el final te reíste de Dios. Hasta el final te reíste. "Lo último que se pierde es el humor", y entre tus respiraciones más difíciles hasta creí verte sonreír. Aprendí a ver más allá de lo puramente visible y entendí que los seres humanos somos un todo. "Nada es tan simple Barbi". Te enojaste, me retaste por todo lo que no hice y al final me pudiste ver reflejada en la pintura que tanto amo. Me hiciste los mismos chistes una y otra vez, y siempre supe que cuando ya no los hicieras los iba a extrañar. Por suerte dejaste esa marca en todos los hombres de esta familia que te recordarán siempre. Que tipo difícil que sos. Pero dentro de todo, a mí me la hiciste más fácil. Tu gran debilidad, las mujeres. Otro legado para la familia.

Se que siempre te asusto el final, pero ahora que llegó, podés seguir tranquilo. Lograste que al final nos quisiéramos más que nunca. Te agradezco Pinamar, los libros, el teatro Colón en mi infancia, el arte, tu devoción por curar, cada una de tus palabras, todo tu cariño, lo que hiciste de mí. Yo me quedo con eso, con tu marca en mi vida. Gracias por ese último 27 de Noviembre. Gracias por haber estado ahí, no me podrías haber hecho un regalo mejor.



Podés ir tranquilo, abuelo. Con todo el dolor. Para siempre en mi alma.

4 comentarios:

  1. Cuanto envidio a aquellos que como vos tienen abuelos tan entrañables. Yo apenas conocí a los míos y no tuve de ellos nunca nada por lo cual sentirme orgulloso, más allá de que hayan sido muy trabajadores.
    Me alegro por vos, hermosa y tierna entrada.
    Besos.

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  2. coincido con navegante...

    hubiese sido muy lindo que mi abuelos fuesen de otra manera de ser


    un beso grandeeeeee

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  3. Tuve mucha suerte... gracias por leer. Saludos!

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  4. Recuperé instantes de mi vida, al recordar gracias a tus lineas a mi abuela; Hermosa foto que resume todo en esas miradas.
    Que relación tan distinta se produce con los abuelos no?muy lindas tus gracias, tu sensibilidad y tu manera de ver.besos Maguita!

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A veces hay caminos y lugares que se cruzan... contame que pensás vos.